Hacía un año que no escribía en el blog, (y ha sido totalmente fortuito volver a hacerlo. Menuda sorpresa al ver la fecha de mi última entrada), y recuerdo que una vez dije que escribo siempre que estoy mal, pero no, otra vez más me equivocaba.
Escribo cuando lo necesito, porque plasmar mis pensamientos y compartirlos con quien guste, es una terapia, cuanto menos, agradable. Y digo terapia porque si necesitas expresar, es que tienes que soltar, lo cual no quiere decir que estés bien o mal.
Dicho esto y repasando mi última entrada, me doy cuenta de que mi vida ha cambiado poco desde la última vez que escribí. Sigo teniendo mucha ilusión por mis proyectos (tanto los personales como los profesionales). Aunque si me paro a pensar...
Recuerdo perfectamente 2016, eso me ha cambiado, me ha convertido en otro David, tanto para bien como para mal (en ocasiones no ser el de antes asusta). Y ciertas sombras del pasado vuelven a aparecer en mis pensamientos, hasta aquí todo normal.
Pero sí ha habido un cambio grande (aunque vuelvo a estar como antes...) y es que este pasado verano pude formar parte de "A vivir que son dos días", en la Cadena SER. ¿Quién me hubiera dicho hace un año que iba a tener la suerte de colaborar en el segundo programa de radio más escuchado en España? Además he podido hacerlo con la temática mistérica, que tanto me gusta. Ha sido una experiencia maravillosa, que siempre agradeceré a Teo Rodríguez (si, aún queda gente creativa, que apuesta por gente joven y no por los "4 de siempre"). Además, también colaboré con Teo en su podcast "Leyendas Urbanas" en Podium Podcast, en febrero. Primera de las muchas veces que pisé la Cadena SER este año.
Pero como toda mi vida, las cosas se cuecen a fuego lento no, lo siguiente. Y el sueño puso un punto, que espero que sea, y seguido.
También visité la "guarida" del Doctor. Pisar suelo galés, fue una sensación estupenda, maravillosa, increíble...No tengo calificativos para describir cómo una serie puede hacerte tan feliz, y emocionarte con tan poco.
Así que finalmente sí estoy como el año pasado...Tengo mucha ilusión en mis proyectos, muchas ganas de trabajar (aunque lleve un año sin vacaciones propiamente dichas, y el agotamiento se lleva haciendo notar varios meses...), pero a su vez con muchas ansia por llegar a la "meta". La que llevo persiguiendo toda mi vida, que MI trabajo me de de comer.
Lo que sí me prometo en este nuevo año (los años van de septiembre en septiembre), es que trataré de no parar de currar relajándome mientras lo hago. Que trataré de disfrutar un poco más del camino de la vida... con mis pandas ;)
Mañana cumplo 32, y se me hace muy raro...No siento tener esa edad, ni mucho menos.
