Pasa la mañana, sin fuerzas ni ánimos para poder avanzar. La misma rutina de siempre. Ni te motivan, ni te motivas...
Llegas a casa con fuerzas para comer y por fin descansar...¿Dónde está la vida? En las amistades, en la belleza de una buena siesta, de un buen manjar, en tomar algo y desconectar, pero ¿desconectar de qué? ¿De ti mismo? Te preguntas... De los días, semanas y meses que pasan, pero no terminas de ver el final. ¿Qué final? El final de esto. El final de los días cansados, de los días sin fuerzas ni motivación, de esos días en los que sólo deseas meterme a la cama y cambiar al día siguiente con la esperanza de que el mañana traiga luz. Es cierto que con el tiempo los días oscuros cada vez son menos, pero siguen estando ahí, y ya van muchos meses. Para quien SIEMPRE ha tenido las cosas claras es algo que lo descoloca totalmente. Porque no eres tú, no eres la misma persona. ¿Regeneración? ¿Esa es la palabra que estás buscando? Puede que si. La respuesta siempre es la misma, regeneración.
¿Por qué escribo cuando tengo días malos? Puede que escribir sea una de mis vias de escape. Pero afortunadamente (?) cada vez lo hago menos.
Mañana será otro día. Y cuando amanezca estoy seguro de que será "un buen día".
P.D.: En esta ocasión la canción no tiene nada que ver con lo que escribo, pero hoy la he escuchado mil veces, pese a ya conocerla desde hace tiempo. Esta noche será la última que escuche antes de ir a dormir. Y la descubrí así:
